Con sólo ocho años, Abel Martín conoce en Cipolleti, su ciudad natal, en plena Patagonia Argentina, al “Gran Circo Tihany”… y desde ese mismo momento sabe que su vida y sus sueños tendrán siempre que ver con el espectáculo. Muy joven, viaja a Ciudad de La Plata para comenzar su formación como actor. Estudia teatro de imágenes, danza, expresión corporal, mimo, canto, musicoterapia y la carrera de Psicología Corporal. En 1995, tras varios años desarrollando su labor como director artístico de musicales, crea la compañía “La Fiesta Escénica”, decidido a recuperar su ilusión infantil por el circo. De la pequeña nave en la estacion de trenes, “Teatro El Andén”, la compañía -que no deja de crecer, nutriéndose del talento de cada uno de sus integrantes- llega hasta la Univesidad de Flores, donde formará a artistas en colaboración con el “Circo Criollo de Buenos Aires”. En el año 2001, unas vacaciones llevan a la troupe a Galicia (España) por primera vez… y esa tierra, su gente y la extraordinaria acogida a su trabajo les “obligan” a cruzar el charco definitivamente y hacer de Baiona (Pontevedra) su casa. El equipo se completa poco a poco con algunos de los mejores artistas locales e internacionales, y así nacen la “Escuela de Teatro y Títeres de Baiona” y la primera producción circense, “Provoke”, en colaboración con el “Circo Deros”, un espectáculo que reflejaba claramente el espíritu singular de la joven compañía. Después vendrían el “Circo de Venecia”, el “Circ dels Nens”, el “Circo Acuático”, “Cirkid”, “Le cirque sur l’eau” (Francia), “Circo Roncalli Polar Bears” (Alemania), “Circ de Nadal”, “Circo de Cuba”, “Galtük”, “Ekus”, “Circo de Navidad”, “Castrelos Circus”, “In Sepia”... Todos con extraordinaria respuesta de público y crítica. La innovadora experiencia de crear animales animatrónicos para las pistas de circo, con una apariencia externa y una gracia de movimientos que los hacen adquirir un gran realismo, ha tenido reconocimiento mundial tras su presentación en Alemania.